martes, 21 de febrero de 2012

Los 15 pokémon más - Teenagers

Escribió el poeta Rubén Darío, en su Canción de otoño en primavera: “Juventud, divino tesoro, / ¡te vas para no volver!” ¿No es lo que todos deberíamos decir cada que evoluciona un pokémon? Los fustamos en las batallas y ansiamos ese codiciado nivel en que van a evolucionar y justo después de que los vemos brillar en blanco, hay algo como una nostalgia chiquita que nos hace decir “chale… jamás va a verse como antes”.

Los precios de la madurez.


Son pocas las cadenas evolutivas que tienen un estado intermedio en que el pokémon no es niño ni adulto… es un puto rebelde. A fucking tennager. Como esos grupos que oímos en años menos afortunados, en esa etapa en que todos conocimos pokémon, la adolescencia es de las mejores etapas de la vida (por eso nos negamos a salir de ella hasta como por los treinta y cinco).


Aquí se van a contar los quince pokémon que mejor expresan la media edad de su cadena evolutiva, el mejor punto intermedio entre su estado morrito y su madurez bastarda.  Hay unos que o ya dan el viejazo, o nada más les salen más cosas, pero no parecen crecer. Esos no nos importan. Fue una elección difícil, del total de pokés que entran en esta categoría tuve que descartar sesenta. ¡Sesenta!


Pongan en Youtube su remix favorito de música pokémon (les recomiendo la versión extendida de Kanto Champion’s Theme in Black & White, épica) y pasemos al conteo de los 15 pokémon más Teenagers.



15.- Marshtomp

En el pokédex nacional, es el primer pokémon de Agua/Tierra que tiene una cadena evolutiva triple, eso le hizo ganarse un lugar en la cuenta antes de Palpitoad. Con sus ojillos de distracción ya antecede esa postura perturbadora que hace a los Swampert tan atractivos, pero mantiene un poco de la ternura de Mudkip.

Marshtomp es un muchacho desgarbado que ha dejado claramente su infancia y nos prepara una de las evoluciones más equilibradas en el mundo de los pokémon iniciales.

El pokédex lo define como un pokémon Pez lodo. Comúnes en Japón, hay unos bastarditos que salen de los ríos e incluso trepan pequeños árboles con unas aletas que parecen patas vestigiales. Sobreviven al exterior gracias al lodo de su cuerpo, de ahí que el nombre de este chinpoko venga de “Pantano” y “Pisotón”.





14.- Haunter

Un favorito de muchos. El niño es una bola de gas, el adulto es un cuerpo entero… no hay mejor estado de transición que el de un adolescente al que sólo le hayan salido las manos, y éstas ni siquiera las tiene unidas al cuerpo, lo cuál es un estado común de los fantasmas en el folklor japonés (todos los que hemos jugado The Legend of Zelda: Ocarina of Time lo relacionamos fácilmente con Bongo Bongo, el jefe del Templo de las Sombras, ¿o no lo habían pensado?).
En un tiempo en que las conexiones por internet no existían y el siguiente entrenador podía estar a kilómetros de distancia, evolucionar a nuestro Haunter parecía algo imposible, pero no nos importaba no obtener esa redondez graciosa de Gengar, Haunter se da abasto solo.
Su nombre viene de la palabra Haunt, que es un término en inglés para designar algo embrujado, pero no en el sentido de tener una madición, sino donde espantan. Una casa donde los fantasmas asustan es una Haunted House.






13.- Dusclops

Seguimos con los fantasmas y la tercera generación. Este muchacho ni siquiera sabía que era un pokémon intermedio, hasta que llegó la cuarta generación y le ofreció la oportunidad de evolucionar. Aunque después hablaremos de los pokémon a los que esto no les favoreció tanto, Dusclops encontró en Dusknoir un estado de madurez más perfecto de lo que creímos.

La innovación de Dusclops en el mercado fantasma (que cada vez crece más) es que disminuye su ataque y ataque especial para ofrecer unas defensas que obligan al oponente a gastarse un buen par de turnos en tratar de tumbarlo, mientras éste muchacho ve, con su único ojo, cómo cae lentamente.

Como nos enseñan las Dusk Balls, el nombre viene de Cíclope y Anochecer.





12.- Togetic
Por la segunda generación, otro muchacho del que no nos esperábamos la evolución, y viene a representar a esos adolescentes que más bien parecen querer ser niños toda su vida. No es nada contra éste poké, pero sería la versión pokémon de esos grupos pop adolescentes que, aunque han crecido, siguen aparentando tener más edad de la que han cumplido.
En fin, el pokémon ha roto el huevo finalmente y ha salido para estirar las alas. Y los pájaros deben abandonar el nido; como su nombre en japonés lo anticipa, Togechick, se refiere a un Pollo (chick) que finalmente ha madurado.
O como decimos en mi bello país, “ya es cancha oficial”.




11.- Monferno

Dale a un Chimchar algo de pintura de Guerra, enséñale combate borracho y tendrás un Monferno listo para ser el bully de los pokémon de tu rival.

Esta línea evolutiva tiene mucha coherencia con sus nombres occidentales. Mientras que Chimchar es un Chimp (chimpancé, un monito pequeño, retozón y alegre), su evolución es un Monkey (mono, que como puede ser juguetón y amistoso, ya tienen una fuerza muy desarrollada y, si se les hace enojar, pueden ser peligrosos) y terminan con un Ape (simio, poco menos que un gorila, un primate reservado y muy ágil con el que es mejor no meterse).

Si a eso sumamos que su calidad de fuego viene de Inferno, es fácil entender por qué éste poké en particular cuadra tan bien con el tipo de adolescente problema.





10.- Whirlipede
Una cosa debemos aceptar los jugadores de la vieja escuela: durante cuatro generaciones vimos pokémon insecto pasar de larva a pupa a adulto y siempre el estado de pupa era algún inútil el cuál entrenábamos por puro amor y deseo de ver su estado perfecto.
La quinta generación nos trajo la línea de Whirlipede. Y es que sí, es un gusano, es una pupa, ¿pero esto qué carajos es? Una llanta de camión monstruo venenosa, ni más ni menos. Suficiente para mí (que fui muy feliz entrenando el mío en mi versión Black).
Lo más genial es su simetría, al derecho y al revés es lo mismo, y no sabes si viene o si va, de ahí que su nombre pueda traducirse como “Pies de rueda”.





9.- Machoke

Antes de las versiones Black y White, si algo nos llenaba de nostalgia de la primera generación es que ya no se veían líneas evolutivas tan completas, como la del cuarteto de intercambio (Alakazam, Golem, Gengar y Machamp).

En una escuela de adolescentes pokémon, aquí está el capitán del equipo de fútbol. Y lucha. Y pesas. Casi todo, menos gimnasia.

Sé que algunos pensarán que ya bastante adulto se ve este chamaco, pero si pensamos que en su estado adulto, su boca se ve rodeada de algo parecido a una barba de dos días y, claro, el pequeño detalle de que le salen otros dos brazos, podemos concederle el hecho de que tal vez es uno de esos adolescentes que dan al estirón. Los grandotes de la clase.






8.- Porygon2
Y claro, si tenemos al atleta de la clase, tenemos también al geek. Todos pensamos que éste muchachín nunca crecería, y que ya bastante raro era. Equivocados una vez más (por eso me asusta pensar en una sexta generación).
Es el chico tímido de la clase el cual no sabemos que en el futuro se volverá loco. Nada más vean a Porygon Z. El estado de Porygon2 es el perfecto para hacer una transición de cómo la tecnología ha avanzado en menos de quince años. Si lo ponemos en términos de la juventud digital del año 2000, Porygon2 expresa, con sus formas limadas y redondas, su movimiento estático y el brillo de su piel, lo que antes considerábamos como algo moderno. Qué jóvenes éramos.






7.- Fraxure

Punto en contra de las nuevas generaciones: ahora hay demasiados dragones y todo mundo los usa. Pero de Trapinch a Flygon, prefiero la línea de Axew a Haxorus. Fraxure sería el bully del hogar disfuncional que no puede contener su agresividad y necesita desquitarla con los más pequeños e indefensos, preparándonos para lo que va a ser uno de los dragones con mejor pinta de badass de todo el pokédex nacional.

La línea temática de estas evoluciones es la de dragones boca de hacha. El nombre de Fraxure proviene de Fracture… y no entiendo qué tiene que ver una fractura con un dragón con un hacha en la boca… ¡oh, esperen! Claro. Cómo no lo vi antes. Un letrerito en el jardín: “Cuidado con el Fraxure”.






6.- Pidgeotto
Cada generación seguirá sacando un pokémon tipo Volador y Normal. Pero jamás volverán a igualar esto. Por más que lo intentaron con la nueva línea evolutiva triple de Starly a Staraptor y de Pidove a Unfeezant… la familia Pid tiene una corona que nunca podrán quitarle.
¿Y por qué Pidgeotto en particular? Incluso a mí, que no me gusta la serie, me trae muy gratos recuerdos el episodio en que Ash captura el suyo (usando primero a Caterpie, jaja, novato).
Al gentil y gordito Pidgey le crecen las alas, el pico y el copete, para llegar a un teenager perfecto para el combate, que sólo está esperando crecer a lo bruto y volverse más grande que tú, y con un copete de plumas mucho más ostentoso para llegar al último Pidgeot. Pero como transición, expresa perfectamente el concepto de crecimiento.
Curioso, en Japón, a Pidgeotto se le conoce como Pijon y a Pidgeot como Pijotto (por eso en el ánime, gritan sus nombres a la inversa, es de los pocos pokémon que no son doblados del lenguaje nipón).





5.- Nidorina / Nidorino
¿Y qué mejor expresión de la adolescencia que el par de conejitos venenosos? Los precursores de la conciencia de género en el mundo pokémon. Tan unidos que por eso merecen compartir un lugar en esta cuenta regresiva.
Nidorina, la princesa del veneno y de cuerpo de púas; Nidorino, el príncipe de un cuerno listo para tomar el mando sobre los pokémon de la pradera. Ambos mantendrían un estado de juventud perpetua de no ser porque la Piedra Lunar les concede la capacidad de crecer (a mi parecer, estos son los pokémon más extraños que evolucionan con Piedra Lunar).
El cosplay perfecto para las parejitas cursis.
La elección del “rino” y “rina” es una mera influencia del español, pues los nipones y los gringos siempre creen que todo lo masculino lo acabamos con “o” y lo femenino con “a”. Quiero ver qué hacen con “el alma” o “la mano”.





4.- Kirlia
La medalla de gimnasia que Machoke no se llevó, es para el rarito de la clase. Un poco perturbador en este sentido, por su pura apariencia siempre nos recordará a una bailarina, aunque sea varón.
¿Por qué avanzar tanto en esta cuenta, muy adelante, digamos, de Haunter? Porque es un pokémon elección de carrera. A partir de la cuarta generación podemos decidir si queremos que siga cultivando su mente como un Gardevoir o lo becamos como deportista profesional y se hace un Gallade.
Además, desde la aparición de la tercera generación, la línea Raltz/Gardevoir se presentó como una de las favoritas entre los jugadores, haciendo a un lado la anterior línea psíquica Abra/Alakazam (aunque yo sigo prefiriendo la primera).
¿Conocen la fotografía Kirliana? Google, gente. Es algo interesante.





3.- Gabite
En el top 3. Un dragón favorito por muchos que marca mejor una línea evolutiva. Soy el primero en defender a los tres dragones primarios, pero por favor: Dratini, serpiente; Dragonair, serpiente más grande; Dragonite… wow, espera, ¿y la serpiente? En cambio, los dragones G son un claro ejemplo de que comiendo sanamente y tomando vitaminas, se puede ser lo que uno quiera al momento de crecer. Y lo que quiere todo Gible es ser un hijo de puta.
Gabite es un primer borrador de Garchomp. Una antesala mitad dragón, mitad tiburón que le dice a tu rival “ten cuidado la siguiente pelea, tal vez ya haya crecido”.
De ahí que su crecimiento sea relativamente lento. Cada veinticuatro niveles. Osea que para alcanzar la perfección es necesario llegar al nivel cuarenta y ocho, ya cuando la mayoría de los líderes de gimnasio han caído, y frente a los únicos que puedes presumir tu Garchomp es con los de la Liga Pokémon. It’s something!





2.- Dewott
Si hay algo tan genial como volverse un Samurai, es volverse un Ninja. Y Oshawott experimentará ambos en su vida. Dewott saca la cara por los iniciales de la quinta generación y con su pose de combatiente de las sombras, impone que no todos los adolescentes son necesariamente rebeldes, sino que hay quienes se esfuerzan y siguen un camino recto hasta lograr una perfección.
Los Dewott tienen mucho de pokémon de pelea y sin embargo, no se les ocurrió agregar el segundo tipo (quizá porque están muy ocupados pensando en cómo será el pokémon inicial de la sexta generación, tipo Fuego/Pelea).
Con garras como Wakisashis y conchitas como Shurikens, es uno de esos pokémones que realmente nos duele que evolucionen, aunque sabemos que a la larga, les hará bien.







1.- Charmeleon

No podía ser de otro modo. El ojete entre los ojetes, rebelde aclamado de la primera generación, tan querido dentro del ánime como fuera de él. Su ataque de Furia y su cara de cretino perpetuo le ganan a Charmeleon el respeto entre los entrenadores alrededor del mundo.

Un pequeño dragón sin alas. Brock se reía de tu si habías elegido a Charmander la primera generación, pero después de muchos Rattatas y Pidgeys desmayados, el líder de gimnasio se las veía negras contra un Charmeleon furioso que siempre dejaba quemadas las rocas de tu primer desafiante de la liga.

Un estado de furia adolescente que muestra la ira contenida en el paso de la niñez a la madurez, muy visible en el color de su piel, de un rojo intenso mientras que Charmander y Charizard son más claros.

Defendiendo la permanencia de los pokémon de la vieja escuela, Charmeleon se ha ganado a pulso su primer lugar como el pokémon más Teenager de esta cuenta regresiva.






A pesar del trabajo, aquí le seguimos pokémoneros.

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Diez mil visitas en menos de tres meses. A ver a cuánto llegamos.

Espero que hayan disfrutado la entrada y, si son nuevos por acá, dense un rondín. Igual y encuentran algo que les guste.

¡Ahí nos vemos, pokémoneros!

PD: ¡Me niego a creer que Treeko le va a ganar a Bulbasaur en la encuesta!



-Conde